jueves, 25 de febrero de 2016

El gemelo...un músculo desconocido para mí...The twin...an unknow muscle for me









Aish el gemelo, que gran desconocido para mí, que poco lo he ejercitado y ahora me doy cuenta tras llevar a cabo un exhaustivo entreno estos días atrás. Ese músculo llamado  técnicamente gastrocnemio, con ese nombre ya merece cómo mínimo un respeto por mi parte, pues este músculo en cuestión, es el que provoca la flexión plantar del pie y contribuye débilmente a la flexión de la pierna, que no es moco de pavo; Pero su importancia radica en ser el motor principal en la propulsión al inicio de la marcha.
Pues en mi caso y muy a mi pesar, en estos momentos, tengo la misma propulsión que una tortuga, sin ánimo de ofender, vamos que estos dos días lo estoy pasando mal...pero que muy mal. Camino cómo si fuera chiquito pero sin poder decir:- ¡al ataquer!- porque no tengo fuerzas suficientes. 
Estaba motivada 100% y de hecho sigo motivada, dolorida y lesionada pero motivada por seguir con mis nuevos entrenamientos que han introducido en mi gimnasio a través de una nueva aplicación. El problema ha sido que una servidora no había trabajado como Dios manda sus gemelos en la vida y ahora están en pie de guerra, cosa que no me extraña, y no me responden. Aunque hoy empiezo a notar una mejoría. Lo peor han sido las escaleras, las subidas han sido duras pero es que las bajadas...no puedo calificarlo, sólo decir que ayer estuve a punto de tirarme escaleras abajo porque no habían narices a seguir bajando.
Que ganas de sufrir gratuitamente...bueno gratuitamente no, porque pago mi cuota como cualquier socio. Pero es que yo soy muy brutita, sí así es, no voy a engañar a nadie. 
Los tres dibujos que os muestro son los tres ejercicios que hice este martes pasado. Aparentemente no tienen mayor dificultad, pero cuando te pones un peso excesivo, que no voy a decir cuál ¿pa qué?, pues repito cuando te pones un peso excesivo en un ejercicio que habitualmente no haces...sucede lo que me ha pasado a mí. Que a las 24 horas no puedes ni moverte y te desplazas con una torpeza que provoca risa, abriendo las piernas cómo si empujaras un andador de bebé y llevaras puesto un paquete de grandes dimensiones...más o menos cómo el que llevaban puesto los miembros  de El Tricicle en aquel gag de los bebés. 




Lo único que puedo hacer es hacerme masajes, untarme de crema para combatir el dolor y esperar a que poco a poco todo vuelva a la normalidad. Cosa que ocurrirá y entonces retomaré mis entrenos pero con menos peso y no tantas repeticiones, porque ahí hay otro de los temas. Cuatro series de 14 repeticiones no están nada mal, si es que yo no sé cómo puedo andar.
Bueno quizá estoy exagerando un poco, pero el dolor es real como la vida misma en serio. Es que hasta los bordillos de las calles me cuesta subirlos y bajarlos, por eso ya me he decantado por las rampitas que son un gran invento que queréis que os diga. 
Lo inaudito es que el martes salí contenta de la sala de fitness, pensando:- que bien he entrenado hoy- porque incluso, después de la rutina hice mis 20 minutos de ejercicio cardiovascular y el cuerpo me respondió la mar de bien. Pero a la mañana siguiente no daba crédito, aunque enviara mensajes a mis piernas estas iban por libre, me costó un arduo trabajo levantarme de la cama y el resto del día aguanté cómo pude caminando como un abuelito de 90 años, que triste, cómo se estropean los cuerpos, que decía Lina Morgan.
En fin, aquí estoy escribiendo mis penurias acerca de las maneras incorrectas de entrenar. No he de impresionar a nadie así que la próxima vez, despacito y buena letra.











Gubi´s place

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