Hoy lunes, principio de semana me ha dado por filosofar un rato acerca de las cosas que se nos pasan por la cabeza cuando ya hemos entrado en los 40. La verdad es que años atrás veía este momento como algo muy lejano, lo mismo que les sucede a los jóvenes de 15 a 20 años hoy en día. Cuando alguien me decía que tenía 40 o algo más, me parecía una persona muy mayor...no digo un abuelo, pero ya me entendéis, yo lo veía un adulto y no era consciente de que yo también me plantaría en esa edad en un abrir y cerrar de ojos, porque así ha sido.
La verdad es que en aquel momento me hubiese merecido un guantazo con la mano abierta dejando bien grabados a fuego los cinco dedos en mi cara. Porque a día de hoy y recién estrenados los 41 ni se me ocurriría decir que una persona es vieja con esa edad...y si además, cómo es mi caso, aparentas varios años menos, aún se te hace mucho más raro decirlo. Pero la apreciación que tenemos entre los 15 y los 25 cambia mucho.
Vivimos en otra época la verdad, las cosas han cambiado...y mucho, hoy los 40 son los nuevos 30 o almenos eso nos dicen para animarnos.
Pero seamos francos con nosotros mismos, los tenemos, están ahí y esto es cuesta arriba y sin frenos, hemos entrado en la década de los 40, !Dios mío¡, !somos cuarentones¡...me tendréis que disculpar, pero suena mal. Me resulta incluso, un tanto despectivo, porque aún somos jóvenes, muy jóvenes, ya que la esperanza de vida es larga, así que imaginaos todo lo que aún podemos llegar a hacer...pero sin embargo para otras cosas se nos considera mayores, y no entiendo el por qué. Pero no nos alarmemos, los años están ahí, no podemos negarlo, pero nuestra actitud es fundamental para afrontarlos con dignidad. Yo soy consciente de que los tengo, aunque me miro al espejo y pienso:- ¿en serio tengo 41? y a veces me entra la risa, pero no de forma negativa sino más bien porque la genética en mi caso, ha sido generosa y eso es de agradecer. Pero nuestro documento nacional de indentidad no engaña, es como la prueba del algodón igual...que más da que parezcas un treintañero, cuando en realidad tienes 11 años más que se dice pronto. Pero no todo es malo, hemos ganado experiencia y madurez, ojalá pudiera volver a mis 20 con todo lo que sé ahora, otro gallo cantaría entonces. Sabemos lo queremos y cómo lo queremos, nos paramos a pensar las cosas y no nos precipitamos...tanto. No sé si estaréis totalmente de acuerdo conmigo en mis reflexiones, obviamente hablo desde mi perspectiva, cada caso y persona es un mundo.
Después de esta introducción lo que sí quiero comentar son algunas de las cosas que, en mi caso, me han hecho reflexionar acerca de que verdaderamente...ME HE HECHO MAYOR y debo aceptarlo. Me he dado cuenta en detalles bastantes significativos, por ejemplo, cuando tenía 18 o 20 años me gustaba mucho ir a las tiendas a mirar ropa y a comprar, si podía claro. Me pasaba toda la tarde de una tienda a otra, probándome todas las prendas que había cogido y por las que incluso en alguna ocasión, me había peleado previamente en la tienda. Tampoco me importaba que la música estuviera a toda pastilla, te acostumbrabas al chumba chumba...pero crecí, me hice mayor y ahora miro las cosas que me interesan por Internet, me he vuelto ¿más cómoda?, ¿más práctica? o ¿me he hecho mayor?...creo que las tres. Ahora procuro ir a las tiendas a comprar única y exclusivamente aquello que necesito y que he visto previamente en la página Web, detesto las colas aunque me armo de paciencia cuando realmente necesito comprar esa prenda, sino os aseguro que hace cola Rita la cantaora, prefiero ir a tomar algo o pasear. Respecto a la música infernal, mejor no hablar... simplemente me acribilla las sienes cada vez que entro en una tienda, parecen discotecas...y no llego a comprender cómo pueden aguantar tantas horas los dependientes con la música así, yo me volvería loca al poco rato.
Si hablamos de salir de fiesta, debemos hacer un punto y a parte, antes salía toda la noche y al día siguiente me iba a trabajar 8 o 10 horas y aguantaba como una jabata. Ahora esto es impensable, adoro dormir mis 8 horas y si puedo más. Sólo pensar en que he de trasnochar, me supera, no aguantaría ni el primer round. Ya no tengo el cuerpo para estos trotes, salir y después irme a trabajar...no es nada compatible. Es más si alguna vez me he acostado a las 4 de la madrugada, el resto del fin de semana me he ido arrastrando como una alma en pena hasta llegar el lunes y sin haberme recuperado aún. Es triste pero es cierto.
Cuando añoras la música de los años 80 y 90 y además eres consciente y así lo admites que te emociona escucharla porque fue una época más que brillante, en la que sonaron grupos buenísimos... es porque te has hecho mayor.
Si la primera película que recuerdas haber ido a ver al cine con tu família es, Hoosiers más que ídolos, del año 1984...es que te has hecho mayor.
Si recuerdas a tu abuelo, en paz descanse, darte una moneda de 5 pesetas para comprarte 5 chicles de limón es que te vas haciendo mayor...que tiempos aquellos los de la peseta, cómo cundían. Tenías 10.000 pesetas en el banco y te creías millonario...ahora 60 € se esfuman en nada.
Cuando tienes en mente aquel Citroën GS rojo que conducía tu padre cuando tú eras bien pequeña, ten por seguro que te has hecho mayor. Y si encima recuerdas los largos viajes en carretera sin aire acondicionado, cantando el veo veo y pajaritos...no hay lugar a dudas...
Este es el momento en el que me dejo llevar y recuerdo aquellos chicles Cheiw, los desaparecidos frigo pie, frigo dedo y friguron, la primera vez que probé la Fanta en botella de vidrio, los Juegos reunidos, el pequeño pony, los tazos, los cromos, Pin y Pon, el Cinexin y un largo sinfín que marcó los años 80 y 90. Pero que me decís de las tardes interminables jugando a la goma, al bote bote, al escondite y saltando a la comba.
Que tiempos aquellos en los que no vivíamos rodeados de tecnología, que tiempos aquellos en los que aún escribía cartas a mis amigas de mi puño y letra. Fueron buenos tiempos sin duda, los recuerdos con nostalgia y a veces me da rabia crecer, me gustaría volver a atrás y revivir alguno.
¿Os acordáis del momento en el que aparecieron los teléfonos móviles? recuerdo que a mi padre la empresa le dio uno y la primera vez que lo usé en la calle, sentí vergüenza, que tontería. Hoy estamos tan acostumbrados, pero en aquellos momentos fue algo tan revolucionario.
Estas son algunas de las cosas que me han hecho ver que me he ido haciendo mayor. Porque la edad del pavo ya ni la recuerdo y ahora sé que ya no he de impresionar a nadie ni sentirme importante porque me han aceptado en un grupo.
Ahora me limito a ser yo misma, con mi criterio y mis ideas...y creo que así es cómo deber ser.
Además, cómo indica la frase que os adjunto, ahora viene lo fácil :-).
Gubi's place
No hay comentarios:
Publicar un comentario