sábado, 26 de marzo de 2016

Ocho apellidos catalanes


He visto hace poco la segunda parte de Ocho apellidos vascos, francamente no tiene nada que ver con la primera. Hay algunos gags buenos que me han hecho reír, sobretodo la secuencia de la estación de Atocha cuando el padre de Amaya se niega a pisar suelo madrileño...no cuento más para quién no la haya visto. El personaje de Koldo, interpretado por el actor Karra Elejalde es de lo mejor de la película sin duda. La localización dónde debe celebrarse la boda es muy bonita. Por lo demás la película utiliza el humor fácil en situaciones que son facilmente predecibles.
La primera película me sorprendió para bien, la localización dónde fué rodada es una maravilla y el descubrimiento de Dani Rovira causó gran sensación. Pero dos años después, no tengo esa misma apreciación ya que han querido promocionar su imagen hasta la saciedad y de gracioso ha pasado a ser cansino.
Además, cabe destacar que la imagen que dan de los catalanes es esperpéntica, se nos presenta como si fuéramos torpes e inclusos hasta ridículos, la manera de subir las escaleras de Berto Romero que interpreta a Pau es absurda y no sabes bien si reír o llorar. También se lleva al extremo el tema de la independencia de Cataluña y lo considero fuera de lugar. Y a los Vascos se les presenta con una imagen de personas rudas, necias e incluso un poco obtusas.
Cada cuál que saque su propia conclusión de la película, evidentemente que se trata de pasar un buen rato y reirse de uno mismo. No obstante se debería ir con más cuidado con el tema de las etiquetas según la comunidad de la que provenga cada persona.
 
 
 
 
 
Gubi's place
 

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