sábado, 8 de octubre de 2016

Los trabucos...




Como podéis ver en la foto los trabucos son un grupo de tipos cargados con un arma denominada trabuco, valga la redundancia, que sirve para hacer mucho ruido. Datan de finales del siglo XVIII y se utilizaban como arma de fuego adaptada para el servicio militar y defensivo a pesar de la imprecisión de la misma.
A día de hoy y que me perdonen por no entenderlo, se utiliza para tocar las pelotas a las ocho de la mañana de un día festivo cuando son las fiestas del pueblo. Esa es su única finalidad en el siglo XXI y una servidora no consigue entender dónde narices está la gracia de molestar al vecindario con tanto ruido de forma gratuita.
Quizá para quién lo lleva y lo usa le debe parecer súper divertido pero vamos que ese zambombazo cerca del oído una y otra vez muy bueno no debe ser, sino produce sordera es muy probable que algún que otro problema auditivo si lo produzca.
Personalmente creo que más de uno debe acabar medio lelo debido al estruendo continuo del arma.
Pero cómo son tradiciones muy arraigadas a ciertos pueblos, el hecho de que tres siglos después aún sigan usándose este tipo de armas llena de orgullo y satisfacción a los vecinos. Pero vamos que a fecha de hoy ya podría renovarse un poco el tema porque aunque conlleve una historia importante detrás, con exponerlas creo que tendríamos más que de sobras. El ruido se lo pueden ahorrar porque es muy molesto y le entran ganas a una de agarrar esa mierda de arma y metérsela por la parte dónde amargan los pepinos a más de uno. A ver entonces si les producía tanta gracia.
Pero vamos que viendo lo que hay me da a mi en la nariz que tendré que soportar una vez más este fastidioso e incómodo sonido mañana Domingo a primera hora, cuando esté durmiendo apaciblemente y recuperándome del cansancio de la semana. No me queda otra, a no ser que me vaya a las montañas, hecho que por lo pronto no es más que un sueño inalcanzable.
Pero vivimos en una sociedad ruidosa y estresada ya que sales a la calle y todo es bullicio, gritos y bocinazos que invitan a escaparse al monte y huir de esta algarabía infernal que se ha convertido, por desgracia, en la banda sonora de muchas ciudades y cada vez más pueblos. A pesar de todo son muchas las personas que se desplazan a las ciudades a vivir, cosa que no logro entender, porque no hay mejor lugar para descansar cuerpo y mente que un pueblo pequeño y alejado del mundanal ruido de las ciudades. Menuda paradoja ¿no?.




Gubi's place.

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