Seguro que muchos de vosotros sabéis quién es este chico de mirada enigmática pero a la vez dulce y honesta...sí, es James Rhodes, actualmente considerado uno de los mejores concertistas de piano. Recientemente fue entrevistado en el programa Salvados de Jordi Évole en el que narraba su escabrosa infancia y como fue violado y abusado por su profesor de boxeo cuando tenía solo seis años y de como aquellos abusos se repitieron en el tiempo durante varios años más...sólo le salvó la música y ello le convirtió en lo que actualmente es, un personaje admirado y considerado.
Si queréis conocer su historia leed el libro, yo no lo he leído aún, quizá lo compre aunque estos temas a mi personalmente me provocan nauseas y me cuesta mucho digerirlos. Estuve mirando el programa de Jordi Évole y realmente su historia es desgarradora y podría convertirse en una película macabra y de mal gusto si se llevara al cine...aunque creo que es demasiado cruel para que se haga...
A día de hoy esta persona sigue luchando contra sus demonios internos y contra un sinfín de problemas derivados de aquellos abusos a los que nadie puso freno...abusos que pasaron inadvertidos y que nadie supo ver.
Este es sólo un caso más, de tantos y tantos que hay en este mundo, pero es especial porque esta persona ha tenido el valor y coraje de rehacer su vida, a su manera, a través de la música. Su desgraciada infancia le ha llevado a ser quién es hoy, una persona a quién muchos admiran por tener valor de contar su historia, por enfrentarse a sus demonios y por convertirse además en un virtuoso de la música que asombra y hace disfrutar a partes iguales a todos aquellos que acuden a verle tocar el piano y dejarse envolver por su música.
Este caso a mí especialmente me llama bastante la atención, pero desgraciadamente hay muchos más...la lista es interminable...y los que no sabemos porque jamás se atreven a hablar y ese sentimiento de culpa, de creer que se lo merecían les persigue y les atormenta hasta el final de sus vidas.
Un depredador sexual es lo más parecido a un cáncer en esta sociedad, detectarlos y evitar los abusos es imposible, ya que la gran mayoría pasan desapercibidos llevando una doble vida y siendo además vecinos ejemplares y amables. Muchos de ellos tienen conductas y comportamientos normales, algunos están casados e incluso con hijos...hecho que todavía agrava más la atrocidad de los actos que llevan a cabo.
Cuando oigo estos casos no puedo evitar el sentir asco, repugnancia, pena, dolor, lástima...es una mezcla de varias cosas...una rabia e impotencia enorme porque esta sociedad aún no sabe que hacer con un engendro que ha partido en dos el alma y la vida de un inocente, que le ha condenado para siempre y que le ha estigmatizado tras vivir un abuso tan cruel y desde la más tierna infancia...partiendo de la base que ese mismo que comete el abuso, es muy probable que también haya sido abusado cuando era niño...es el pez que se muerde la cola. ¿Qué se puede hacer?, ¿cómo se puede evitar?...no tengo respuestas y tampoco sé quién las tiene.
Tan sólo puedo deciros que cuidéis a vuestros hijos y que os preocupéis de todo lo que les ocurre, sobre todo cuando veáis un cambio brusco en su actitud o carácter. No temáis en preguntar, indagar e investigar...porque quizá podáis evitar un abuso...pensad en ello.
Gubi's place.
Este caso a mí especialmente me llama bastante la atención, pero desgraciadamente hay muchos más...la lista es interminable...y los que no sabemos porque jamás se atreven a hablar y ese sentimiento de culpa, de creer que se lo merecían les persigue y les atormenta hasta el final de sus vidas.
Un depredador sexual es lo más parecido a un cáncer en esta sociedad, detectarlos y evitar los abusos es imposible, ya que la gran mayoría pasan desapercibidos llevando una doble vida y siendo además vecinos ejemplares y amables. Muchos de ellos tienen conductas y comportamientos normales, algunos están casados e incluso con hijos...hecho que todavía agrava más la atrocidad de los actos que llevan a cabo.
Cuando oigo estos casos no puedo evitar el sentir asco, repugnancia, pena, dolor, lástima...es una mezcla de varias cosas...una rabia e impotencia enorme porque esta sociedad aún no sabe que hacer con un engendro que ha partido en dos el alma y la vida de un inocente, que le ha condenado para siempre y que le ha estigmatizado tras vivir un abuso tan cruel y desde la más tierna infancia...partiendo de la base que ese mismo que comete el abuso, es muy probable que también haya sido abusado cuando era niño...es el pez que se muerde la cola. ¿Qué se puede hacer?, ¿cómo se puede evitar?...no tengo respuestas y tampoco sé quién las tiene.
Tan sólo puedo deciros que cuidéis a vuestros hijos y que os preocupéis de todo lo que les ocurre, sobre todo cuando veáis un cambio brusco en su actitud o carácter. No temáis en preguntar, indagar e investigar...porque quizá podáis evitar un abuso...pensad en ello.
Gubi's place.
No hay comentarios:
Publicar un comentario