miércoles, 13 de abril de 2016

Compañeros de oficina...Office mates




La oficina, es aquel lugar entrañable que nos resulta más o menos cómodo, con el que simpatizamos o no...donde nos agrada estar, o no... y en el que pasamos gran parte de nuestra vida. En algunos casos tanta que olvidamos que tenemos familia y vida social, lo que puede acarrearnos un problema grave a la larga.
Pues bien, en ese lugar en el que algunos denominan su segunda casa, podemos encontrarnos con compañeros de todo tipo, porque la fauna de asfalto ofrece un gran abanico de posibilidades. Algunos de ellos son entrañables aunque cueste creerlo e incluso pueden convertirse en buenos amigos. Otros son fríos, despiadados y calculadores y otros parecen sacados del mismísimo infierno. A este tipo de fauna hay que darles de comer a parte, pero hay que saber convivir con ellos. 
A continuación voy a hacer un repaso por los perfiles más corrientes. 
Cómo ya he indicado, a veces pasamos más tiempo en la oficina que en nuestra propia casa con lo que es importante aprender a nadar y guardar la ropa, tener paciencia y saber estar, aunque no siempre es fácil.
Pero a lo que vamos, según mi experiencia personal es fácil encontrar el compañero de buena fe, no hace falta excederse en detallar a este tipo de personas; con decir que es aquel que te ayuda de forma desinteresada, te anima y esta siempre que le necesitas, es suficiente. Y tal y cómo he comentado antes este tipo forma parte del grupo de los entrañables y aunque cueste de creer, existen. 
Después nos encontramos con el compañero caradura, tampoco es necesario explayarse para definirlo; es aquel que hace ver que trabaja pero en realidad emplea su tiempo en hacer cualquier cosa menos trabajar; por ejemplo pasearse por la oficina, prepararse un café con toda la parsimonia posible, ponerse a indagar acerca del funcionamiento de la fotocopiadora, hablar por teléfono, comentar su vida y milagros...en fin cualquier excusa es buena para distraerse y no estar por lo que hay que estar. Aunque e vez en cuando trabaja para no hacer tan evidente su extrema desfachatez y así cumplir con los mínimos establecidos en el departamento. Generalmente este personaje suele llevarse muy bien con los jefes, suele disfrutar de todos los festivos y a la mínima suele quejarse de que se siente agobiado por tanto trabajo...un par de guantazos bien dados para quitar tanta tontería, le vendrían muy bien a este tipo de personas. Yo los coloco dentro del grupo calculadores porque saben muy bien que están haciendo en todo momento.
 También encontramos el compañero trepa que cual enredadera va subiendo de forma descarada de posición quitándose de en medio a cualquiera que le estorbe. No suele tener mucha simpatía por sus compañeros, se preocupa de su ombligo y de tener sus necesidades cubiertas, el resto le suele dar bastante igual. Este personaje sin lugar a dudas forma parte del grupo de los despiadados.
Tenemos también el compañero gracioso de la oficina, que constantemente se recrea en el departamento con chistes fáciles y estúpidos que suele entender él y que dejan indiferente al resto. No suele ser demasiado discreto y hace bromas de todo tipo y a todas horas hasta que a alguien le entra ganas de lanzarle una grapadora y destrozarle la dentadura para que deje de decir tonterías durante una buena temporada. Esto sería considerado como una agresión y no sería excesivamente correcto, pero nadie me negará que si ha tenido que sufrir a un compañeros así, no lo haya deseado en algún momento. Clasificar a este tipo de personajes es fácil, el típico gracioso sin serlo.
No podemos olvidar a la compañera guapa de la oficina, la cual suele tener un séquito de admiradores allá donde va. Generalmente suscita envidias entre el resto de féminas que en ocasiones el trato con el que le obsequian no es nada amigable. Si tengo que clasificarla en un grupo, la coloco en el de guaperas culo peras.
Por otro lado tenemos la compañera devora hombres, que nada tiene que ver con la guapa de la ofi. La primera es discreta, Dios le ha condenado a ser una mujer hermosa y a ser deseada por el género masculino y ha de aprender a lidiar con ese desatino. La segunda simplemente aprovecha cualquier momento para abordar no sólo a los compañeros, sino también a las visitas. Suelen ir más pintadas que un cuadro de Jason Pollock y envueltas en fragancias que revivirían a un muerto. Francamente femme fatale, es una manera adecuada de clasificarla.
No puede faltar el compañero casanovas de la oficina, este es un clásico entre clásicos. Bien vestidos, con el cabello engominado y perfumados hasta la médula. Aprovechan cualquier situación para lanzar la caña a sus compañeras. Suelen tener argumentos para todo y generalmente vienen con los deberes hechos de casa, ya que su repertorio de piropos parece no tener fin. Este personaje suele darlo todo en las cenas de empresa, quedándose en evidencia delante del resto de los compañeros pero sosteniendo su copa sin perder la sonrisa de su cara con una dignidad admirable. Podríamos clasificarlo dentro del grupo, quiero y no puedo.
No podemos olvidar al compañero brazo derecho del jefe, suelen ser una prolongación del mismo, su mini yo, el cual le ríe las gracias y le sigue a todas partes. Generalmente este tipo de personajes se convierten en esbirros del jefe, el cual los utilizará a su antojo para que le limpien los trapos sucios. Se creen intocables y piensan que se les respeta, pero no suele ser así. Algunos de ellos suelen tener muy mala fe y muy malas pulgas ya que tienen carta blanca para hacer y deshacer a su antojo. Estos los clasifico de forma rápida, despiadados y algunos de ellos salidos del mismísimo infierno.
Como en todas las oficinas tenemos el compañero informático friqui que vive por y para la informática. Sabe de todo y resuelve cualquier duda en pocos minutos. Suelen ser personajes curiosos y dignos de estudio. Su mesa parece la jungla de cristal llena de componentes electrónicos y de última generación. Van por libre y rara vez tienen novia, aunque fantasías todas las que nos podamos imaginar y muchas más.
No puede faltar el compañero liante, el donde dije digo, digo Diego. El que tergiversa siempre la información recibida para su propio interés. Este tipo de personajes es mejor tenerlos cuanto más apartados mejor porque nunca sabes cuando te la pueden liar en la oficina. Suelen ser amigos de algún jefe o han conseguido el puesto a dedo. Se aprovechan de la situación y siempre conseguirán descolocar a sus compañeros. Estos si que forman parte del grupo de despiadados, fríos y calculadores.
Sino nos centramos en el tema de los efluvios corporales, no podemos olvidar el compañero mofeta, aquel que cree que el agua no va con él y que se limpiará sólo por arte de magia, aquel que utiliza las pastillas de jabón de reposa libros, ese cuyo olor corporal es capaz de matar a cualquier ser vivo en un radio de veinte metros. Ese que todos hemos sufrido al menos una vez en nuestra vida, aquel cuyo cabello parece grasa de caballo. No me quiero extender porque me resulta muy desagradable de por sí. Las indirectas y los regalos higiénicos no sirven con este tipo de personas. Están tan acostumbrados a su olor corporal que son incapaces de distinguir entre el olor a cabrales o a calcetines sudados...sin comentarios. Los podemos colocar en el grupo de es más sucio que un inodoro público.


Esto es sólo una pequeña parte de lo que nos podemos encontrar en una oficina, el resto lo dejo a vuestra imaginación.




Gubi's place.


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