Instagram

Esto de las nuevas tecnologías es algo que no deja de sorprenderme. Instagram lleva seis años entre nosotros y cada día gana más y más adeptos. 

Personalmente me he abierto una cuenta que aún no he puesto en funcionamiento, así que por lo pronto me divierto en ver lo que otras personas exponen acerca de cómo quieren que los otros interpreten su vida.

Debo confesar que las imágenes que más me gustan son las de naturaleza, animales, postres y arquitectura. Reconozco que hay usuarios de Instagram que muestran fotos preciosas y de mucho gusto. Sin embargo existe la otra cara de la moneda, fotos tan sumamente preparadas y estudiadas que se ve a la legua que aquello es más irreal que admitir que los salarios van a subir más del 2% en lo que queda de año.

El término "postureo" que está tan de moda, dentro del mundillo de esta red social es lo que más identifica a muchas de las fotos que se cuelgan, porque madre del amor hermoso lo que hay que ver.

Hay para todos los gustos eso sí, pero seamos un poco honestos con nosotros mismos, hay fotos que no hay por donde cogerlas. 

Lo que más me llama la atención es el culto al cuerpo, hecho que se ha convertido en una obsesión insana. Creo que de cada diez fotos, ocho son de personas en bañador o semidesnudas en poses altamente provocativas e incluso imposibles de copiar. Más que nada porque uno puede llegar a dislocarse un brazo o romperse el cuello si intenta hacer eso en casa. Son posturas imposibles que a más de uno/a les habrá provocado como mínimo agujetas y alguna que otra contractura, de eso estoy totalmente segura. No me extraña que tantas personas jóvenes...y no tan jóvenes caigan en las redes de la anorexia cuando ven esas imágenes de Dioses y Diosas griegas. Hay que aceptarse tal cual uno es, hay que cuidarse eso sí y sacarse partido para sentirse bien, pero no hay que obsesionarse. Estoy segura que la gran mayoría de cuerpos "perfectos" que aparecen, en realidad no son tan perfectos como creemos. Porque si prescindiéramos del maquillaje excesivo de muchas, de los push up, los wonder bra, las fajas aumenta glúteos, las extensiones, del uso del agrandador de labios por succión y de un gran etcétera...me gustaría saber a mí que queda al final. Más de uno saldría corriendo.

Otra de las cosas que me llama la atención son los vídeos y fotos de las "celebs", lo bien estudiados que están, iluminación, maquillaje, peluquería, decorados, accesorios...menudo trabajo hay detrás para mostrar en una imagen un trozo de una realidad que a mi entender no existe, porque muchas veces parecen cuentos de hadas. No pretendo ofender a nadie ni mucho menos, es simplemente la apreciación que tengo, quizá es que me voy haciendo mayor y ya pocas cosas me sorprenden y mucho menos cuando se trata de hacer creer algo que no es verdad mediante gestos, poses o acciones esperpénticas. Pero lo que más me alucina es ver como estas personas tienen miles de seguidores que creen a pie juntillas todo lo que ven, que les copian y les defienden a ultranza cómo si la cosa fuera con ellos. Está muy bien seguir la carrera de alguien, sus hazañas, aventuras y desventuras, pero sin dejar de ser uno mismo. No creo necesario que haya que copiar el cabello, las poses, la indumentaria...me parece de una falta de personalidad total. 

Me cuesta entender que hayan personas que vivan de esta red social, pero los tiempos han cambiado y el concepto de trabajo propiamente dicho, también. Al igual que hay youtubers y bloggers que se ganan la vida con esto, también hay instagramers. 

Si nuestros abuelos levantaran la cabeza no iban a entender nada de nada, pobres, realmente creerían que estamos en el futuro.

Pero las nuevas tecnologías ganan terreno, la información va demasiado deprisa. si estás en las redes eres cool y te darás a conocer, así que no queda más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos.

Así que nada os animo que que seáis, youtubers, instagramers, bloggers, que tengáis cuenta en Facebook, en Twitter, Linkedin y Dios sabe cuantas cosas más porque al final acabáis como una servidora, con una libreta llena de usuarios y contraseñas porque estoy dada de alta en tantas cosas que sino las apunto ya no soy capaz de recordarlas, es de locos.

¡Viva la tecnología y las redes sociales!

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