Cuando yo digo que una imagen vale más que mil palabras no me refiero al gif tan divertido que he encontrado, el cuales demasiado drástico y gráfico, pero no me negaréis que al verlo nos hacemos bastante a la idea de lo que quiero dar a entender.
Aunque un estornudo así no sería de este mundo y seguro que entraría a formar parte del libro de los Récord Guinnes y el animal que lo llevara a cabo estaría bajo vigilancia las 24 horas del día en algún laboratorio y con la prensa de todos los países en la puerta esperando poder ofrecer a la audiencia un detalle en exclusiva del caso.
Pero dejando a un lado las bromas y el sarcasmo debemos ser realistas con el hecho de que hay seres humanos entre nosotros cuya fuerza y capacidad pulmonar se encuentra en otro nivel y cuando expulsan de forma violenta y ruidosa el aire de sus pulmones por su nariz y boca mediante un movimiento repentino e involuntario del diafragma no dejan a nadie indiferente siendo capaces de despegar el peluquín mejor enganchado y colocado de la historia de la humanidad en la cabeza de cualquier simpático calvito. Provocando además algún que otro infarto y susto de muerte.
A mi esto me ha pasado, sobre todo cuando he estado en algún lugar donde residía un silencio sepulcral y de repente cuando menos me lo he esperado alguien que entiendo que no ha podido contenerse ha estornudado con toda la fuerza de su ser causándome tal susto que he necesitado varios minutos para reaccionar y en alguna ocasión incluso me he tirado la bebida encima o si estaba escribiendo he acabado por hacer un garabato en la hoja...porque como ya sabéis cuando sufres un susto así y estas concentrado escribiendo, la mano cobra vida y mediante un irrefrenable e incontrolable movimiento dibuja una raya que recorre de punta a punta el folio.
Lo mismo te ocurre cuando vas caminando tranquilamente por la calle y de repente alguien estornuda detrás de ti. Pegas un saltito que no puedes controlar pareciéndote a Chiquito de la Calzada cuando exclamaba: - ¡al ataquer! y en un intento de disimular el susto te giras de mala gana lanzando una mirada de asesino a sueldo a esa persona y acordándote de su familia.
Son cosas que pasan, pero fastidian un huevo y parte del otro...aunque a veces la tortilla se da la vuelta y la que estornudas eres tú. Cuando esto me sucede lo doy todo, porque ya que estornudo lo hago a lo grande y con poderío pa que no se diga. Pero no lo hago cuando hay gente, en ese caso prefiero hacerlo de forma más discreta y sino lo puedo controlar pido disculpas aunque reconozco que a veces también a mi me hace gracia.
Mi padre si que tiene una capacidad pulmonar digna de estudio, creo que hasta la fecha no he oído estornudo más bestia que los que emite este hombre de Dios...no sé como catalogarlo. Pero me ha dado cada susto que me han entrado ganas de lanzarle algo a la cabeza porque encima el tío se ríe y se recrea con el momento. Tiene guasa la cosa.
Hoy mi madre me explicaba una anécdota también de estornudos estando ella en una colchoneria con la dueña con la que tiene amistad y estando concentradas ambas en su conversación cuando ha entrado otra clienta sin hacer ruido, ya sabéis, aquellas personas que se mueven como si fueran fantasmas y que no notas su presencia hasta que las tienes justo al lado provocandote un infarto del susto. Pues esta mujer las ha devuelto a la realidad estornudando como sino existiera el mañana. Mi madre lo recordaba y se llevaba la mano al pecho como si aún estuviera reviviendo el momento y a mí me ha hecho mucha gracia.
El mundo de los estornudos es así, no se puede controlar aunque a veces algunos se pasan de rosca y exageran un poco ¿no creéis?.
Gubi's place.
No hay comentarios:
Publicar un comentario