Como siempre digo, las cosas es mejor tomárselas con humor por eso adjunto esta imagen humorística y un poco esperpéntica que bien puede reflejar ciertos momentos ordinarios de la vida en comunidad...aunque...también os digo una cosa, aunque no lo creáis, a veces la realidad no dista tanto de la ficción...cosas así suceden, que somos muchos y hay gente pa tó.
Para los que no tenemos la suerte de haber nacidos ricos y vivir en una casa adosada en el campo o en una urbanización de lujo, debemos conformarnos con vivir en comunidades de varios vecinos, siempre y cuando no nos toque la lotería, que en ese caso si podríamos cumplir nuestro sueño de hacer grandes barbacoas en el jardín, poner la música a tope, disponer de nuestra intimidad tal como merecemos, gritar, bailar claqué...en fin todas aquellas cosas que en comunidad por respeto a los demás, no debemos hacer.
A nosotros, los currantes, las personas ordinarias vamos, nos ha tocado lidiar con este tema y hemos de tener paciencia para sobrellevarlo de la mejor manera posible. Ya que hay vecinos y vecinos...los del primer grupo son personas amables y respetuosas, por lo general no molestan y suelen participar con agrado de las decisiones conjuntas. Siempre están dispuestos a dialogar y a facilitar las cosas. Actualmente son una especie en extinción, vivimos en una sociedad individualista y poco amable, así que por lo general nos encontramos vecinos del segundo grupo. Estos son un clan de seres capaces de sacar lo peor de uno mismo, hasta tal punto que imaginarse a uno mismo subiendo las escaleras con una recortada o un sable láser produce la misma satisfacción que descalzar nuestros pies y andar por la arena de la playa.
Si sólo fuese por intimidar y hacer ver a estas personas que no deben molestar a ciertas horas del día, yo ya me daría por satisfecha.
Lo confieso y no me escondo, que a veces me descubro pensando estas burradas, es entonces cuando decido que debo irme de casa y aprovechar para hacer gestiones varias, ya que si pretendo quedarme descansando en el sofá porque esa tarde me place, no podré hacerlo gracias a mis queridos vecinos.
Está claro que cuando la vida te coloca frente a estos desafíos aprendes a ser tolerante aunque esa palabra te suene a chino. Porque la tolerancia es la base de todo...eso dicen, como también dicen que hay que ser respetuoso. Pero a mi me tendrán que disculpar porque a veces me cuesta una jartá.
Lo mejor que tienen las comunidades son las reuniones de vecinos, ahí si que podemos observar en estado puro las miserias de las personas, sus egos y sus múltiples bobadas. Personalmente me hace gracia cuando se debate sobre un tema y nadie se pone de acuerdo, es para sentarse con un bol de palomitas y ver como se despellejan poco a poco. Pero no solo eso, cuando hay desazones entre vecinos, la cosa si que se pone realmente divertida porque es cuando unos y otros empiezan a desaprobar actitudes, comportamientos y acciones de todo el mundo. Ponerse de acuerdo es muy difícil, y en una comunidad de vecinos aún más, es una verdadera prueba de fuego. Recuerdo cuando me tocó ser presidenta de la escalera...acabé bien harta, llamaban a mi puerta a diario y para todo...finalmente opté por no abrir a nadie sino me apetecía. Ya que muchas personas confunden la labor de un presidente de escalera y creen que debe resolver todo tipo de conflictos que se generen.
Pero lo que realmente molesta en una comunidad de vecinos es el ruido y el incivismo. Estas dos cosas a mí me sacan de quicio, no puedo comprender como ciertos individuos no son capaces de entender que a partir de una hora determinada se ha de respetar el descanso de los vecinos y más ahora que llega el calor y los niños dentro de poco habrán acabado los colegios...que Dios se apiade de nosotros entonces.
Y cuando hablo de incivismo me refiero al hecho de hacer mal uso de las zonas comunes, a cometer hurtos, a utilizar los patios interiores a modo de papelera... la verdad es que algunos/as deben pensar que mola mucho más tirar las cosas por la ventana, vamos ni que hubiéramos vuelto de repente a la Edad Media lanzando nuestra basura en vez de depositarla donde toca.
Estoy segura que más de uno/a se va a identificar con algunas de las situaciones que menciono en el post. Incluso en comunidades de alto standing suceden estas cosas aunque cueste creerlo.
El mundo está muy mal repartido porque no es normal que muchas personas mal vivan hacinadas, mientras que otras viven en mansiones o castillos con capacidad para albergar a varias familias. No envidio las riquezas de algunas personas privilegiadas en este planeta, ni las deseo siquiera. Simplemente creo todo el mundo debería tener derecho a una vivienda digna. Pienso que todo el mundo debería disponer de una pequeña parcela donde levantar una casita unifamiliar y disponer de un pequeño jardín, eso si que es media vida. No tener que aguantar los llantos de niños malcriados y mimados a todas horas, las conversaciones de teléfono a viva voz y a horas intempestivas, las peleas, los gritos, los diferentes sonidos que un cuerpo humano puede emitir en Dolby Sorround...y podría seguir, pero creo que los que leéis este post ya sabéis perfectamente de que hablo.
Así que nada, si os ha tocado vivir en comunidad, deberéis hacer de tripas corazón, no queda otra. Bueno, sí, jugar al Euromillones a ver si hay suerte.
Gubi's place.
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