sábado, 23 de julio de 2016

Agua vaa...




No hay nada más hermoso que un balcón con encanto y yo que en estos momentos vivo en un bajo lo echo mucho de menos. Pero no hay nada más fastidioso y desagradable que alguien riegue las plantas justo cuando pasas por debajo de su terraza.
Es algo que a estas alturas aún no consigo comprender, cómo algunas personas son tan irrespetuosas con los demás y no entienden que a ciertas horas del día no es conveniente regar las plantas o lo que es peor tirar cubos de agua terraza abajo, porque vamos hay cada una/o que no vio Barrio Sésamo en su momento y el concepto de las medidas cúbicas no lo tiene muy claro.
Como ya he dicho, adoro los balcones, me encanta pasear y observar como lucen aquellos que desprenden ese encanto especial y están repletos de plantas y me imagino que algún día tendré uno dónde lucirán bonitas flores. Pero por lo pronto me conformo con lo que tengo.
Pero no sólo quiero mencionar a aquellas personas que riegan sus plantas o limpian la terraza en las horas de mayor afluencia de personas, quiero mencionar a todos/as aquellos/as que aprovechan cualquier ocasión para sacudir un mantel justo cuando pasas por debajo con el incoveniente que conlleva el hecho de que te caigan las migas u otros restos de la comida encima. Un poco de por favor hombre, ¿pero tanto cuesta sacudirlo en casa y luego barrerlo?, ¿en serio es necesario sacar el mantel por la ventana y que le den morcilla malagueña al pobre hombre o la pobre mujer que pase por debajo?. Y por último que ya es un clásico, son aquellas personas que barren la terraza y en vez de usar el recoger, prefieren tirarlo a la calle sin mirar si alguien pasa por debajo en ese momento. ¿De verdad es necesario ser tan guarro y tan incívico?. Entiendo que la respuesta es sí, porque sino esto no pasaría y la gente recogería sus porquerías en vez de compartirlas con los demás de esta forma tan cochina.
La expresión con la que he titulado el post, ¡agua vaa!, proviene de la Edad Media cuando aún no existía sistema de alcantarillado, ni desagües, ni baño y era costumbre arrojar la porquería y deshechos por la ventana avisando antes para que todo el mundo tuviera tiempo de guarecerse en algún lugar seguro antes de ser bañado por aquella lluvia asquerosa y repugnante. Pues cuando veo estas cosas me recuerda a aquella época con la diferencia de que hoy en día no se avisa, simplemente se hace sin importar dónde y a quién le pueda caer, cosa que me parece lamentable porque parece mentira que estemos en el siglo XXI y se permitan estas cosas sin ser multadas, porque es lo mínimo que se merecen.
Así que una vez más, doy fe de que vivimos en una sociedad dónde la educación brilla por su ausencia, dónde cada cual va a la suya sin importarle lo más mínimo el hecho de que sus acciones puedan afectar a los demás de una manera u otra.
Así nos va señores, un paso hacia adelante y cinco para atrás...




Gubi's place.

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