domingo, 24 de julio de 2016

Dejar salir antes de entrar...




La foto con la que encabezo este post es lo suficientemente significativa como para entender el contenido del mismo. Algunas personas aunque no lleven esta vestimenta por la calle poco les queda para comportarse como un rudo jugador de rugby cuando entran en los vagones de metro y de tren ya que parece que les va la vida en ello. Da la sensación de que han rifado los asientos antes y que sea una cuestión de vida o muerte el hecho de coger sitio.
Ayer sin ir más lejos cogí el Trambaix y bajé en Francesc Macià, la última parada de la línea T3. Al ser la última y a la vez la primera parada de la línea, según como se mire, significa que hay tiempo de sobras a que los usuarios podamos bajar y los que pretenden subir, lo hagan de forma ordenada y sin temor a no encontrar sitio ya que suele tardar unos cinco minutos en salir. Y sin embargo y para mi sorpresa, por primera vez me encontré a una chica joven que pretendía acceder al vagón justo en el mismo momento que yo y cuando se abrió la puerta entró a empujones...no le dejé pasar evidentemente, simplemente miré a esa persona y le dije bien alto: -deja salir primero-, me miró con cara de sorpresa y sonrió, lo que me da a entender que o bien era extranjera y no me entendió, por lo que quizá debí haberle repetido en inglés la frase, o bien me estaba vacilando y por eso reía...a lo que ya no quise entrar al trapo porque ya había llegado a mi destino. Fuera cual fuese el motivo se comportó como una auténtica mal educada sin dejar bajar a los viajeros primero y con el ansía característica de una persona que no sabe comportarse en sociedad.
No es la primera vez que he de abrirme paso a codazos para poder salir de un vagón y es muy desagradable sinceramente, porque encima te miran como si les debieras algo, cuando lo único que han de hacer es esperar pacientemente a que bajen todos y después subir. Acto que tan solo dura unos pocos minutos y otorga tiempo suficiente a que todo el mundo pueda bajar y subir. Que para eso existen los retrovisores señores/as y también los maquinistas controlan los andenes antes de cerrar las puertas, las cuales están acompañadas del sonido característico de aviso para que todo el mundo tenga presente que en breve se van a cerrar. 
Pues algo tan sencillo que a la vez es de sentido común a día de hoy no es entendido por la mayoría de las personas que se creen con derecho a empujar e insultar para poder acceder a este tipo de medios de transporte. 
Cuando veo estas cosas, cada vez tengo más claro de que esta sociedad no avanza y lo peor es que esto es lo que estamos enseñando a nuestros hijos. Porque si ellos ven que sus padres entran corriendo sin importarles quién espera detrás de la puerta para poder bajar...arrollando con todo lo que encuentran y gritando a sus hijos que cojan los mejores sitios, como no van a comportarse ellos de la misma forma. Una vez se hagan más mayores y viajen solos, harán lo mismo que han visto hacer a sus padres. Accederán como bestias encabronadas y dará igual si empujan o tiran al suelo a una persona mayor, a una mujer embarazada o a un niño, lo importante es que cojan sitio y no se queden de pie durante el trayecto.
Así que una vez más se resume todo en la educación que se recibe en casa, no podemos decir que somos una sociedad civilizada y educada cuando nos comportamos de esta forma, es un sin sentido.




Gubi's place



No hay comentarios:

Publicar un comentario