¿No me diréis que no os ha pasado alguna vez?, estás viendo una película súper interesante, estás delante del ordenador, estás cocinando o todo un clásico, estás en el baño...y de golpe y porrazo se va la luz sin avisar. Así que te quedas a oscuras con cara de memo aunque no puedas verla y tardas unos segundos en reaccionar mientras te acuerdas de la madre de alguien. Si estas en la cocina o en el comedor te pones a buscar de forma desesperada una vela o un mechero que por aquellas casualidades de la vida, nunca están dónde los dejaste. Pero si te pilla en el lavabo, sentado en la taza las cosas cambian un poco porque es en esos casos cuando la impotencia se apodera de ti así que del susto se te cae el teléfono al suelo y de los nervios no atinas con el papel del baño...en fin, un desastre...y si a alguien le ha ocurrido esto sabrá a que me refiero.
Por lo tanto, si estás en alguna estancia de la casa que no sea el baño y que te permita facilidad de movimientos, no te queda otra que iniciar una carrera a ciegas en busca de algún objeto con el que poder alumbrar el pasillo o el salón, ya que tu teléfono por aquellas casualidades de la vida, también ha desaparecido momentáneamente aunque lo lleves encima o lo hayas colocado dónde siempre. También es un clásico tropezarse con la mesita o destrozarse el pie contra alguna silla a la vez que das muestras de tu gran capacidad pulmonar exclamando bien alto un ¡mecaguen en to!.
En medio de tu desastrosa cruzada en búsqueda de algún objeto que te pueda iluminar en aquella casa amigable y confortable que de repente se ha convertido en una cueva dónde en cada rincón aguarda alguna sorpresa desagradable, te empieza a recorrer un sudor frío por la espalda, porque, seamos sinceros, quedarse a oscuras no mola nada de nada.
Así que de repente te sientes perdido en tu propia casa, cosa que ya es difícil y es que cuando te quedas a oscuras se apodera el pánico de ti y tu capacidad de reacción es mucho más lenta de lo normal.
Entonces es cuando te das cuenta de la gran dependencia que tienes de la electricidad y de que no eres capaz de hacer nada sin ella.
Estamos mal acostumbrados y mal preparados porque cuando hay tormentas eléctricas o están haciendo algún tipo de obra en la calle...siempre se va la luz, lo que ocurre es que nunca nos acordamos de la última vez. Y siempre nos sorprende que se vaya sin avisar, cuando por lo general las compañías se encargan de colocar algún tipo de aviso en la entrada de las fincas...pero cómo la gente va acelerada por la vida, generalmente no suelen leerlo.
Pero de nada sirve enfadarse, simplemente hay que ser precavidos nada más. Tener siempre una vela, unas cerillas y una linterna cerca por lo que pueda pasar. Intentar mantener la calma y lo digo por mí que hasta la fecha me aterraba la oscuridad, no ponerse nervioso, porque entonces es cuando se producen los accidentes domésticos al golpearnos contra algo que en circunstancias normales ni rozamos y procurar tomarse unos minutos en pensar dónde están las cosas porque seguro que las encontramos sin necesidad de rompernos la crisma en el intento.
Gubi's place.
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