Llevo unos días dándole vueltas a todo este embrollo que se ha montado desde la muerte de este torero, el señor Victor Barrio. No me apena y lo digo con toda la sinceridad del mundo, creo que saben a lo que se exponen al salir al ruedo y enfrentarse a un animal que aunque pesa toneladas y parece enfurecido lo único que quiere es huir a toda costa porque es el primero que no quiere estar ahí. Es evidente de que el riesgo de sufrir una cornada es altamente elevado, con todo lo que ello conlleva. Por lo tanto la muerte está estrechamente ligada con el hecho de salir a la plaza y enfrentarse a un animal de estas características.
Soy consciente de que no hay que alegrarse por la muerte de otro ser humano, yo no he dicho que me alegre, simplemente no me apena.
Hoy sin ir más lejos he leído una noticia en la que se indicaba que una persona anónima que trabajaba en una obra ha perdido el equilibrio y ha caído al vacío perdiendo la vida...bueno pues nadie ha armado tal revuelo, de hecho seguro que muchos de vosotros ni lo sabíais. Porque esto ha pasado muchas veces y al parecer a nadie le importa demasiado. Sin embargo muere un torero, un matador de toros, un asesino, para que nos entendamos todos...y se arma la de Dios. Entonces empieza una batalla campal entre animalistas y defensores del toreo, este arte tan español que al parecer identifica a este país de pacotilla.
No se trata de faltar el respeto, de hecho por insultarle y desearle que se pudra en el mismísimo infierno no hace más animalistas a aquellos que dicen defender con puños y dientes los derechos de los animales. Las cosas no se hacen de esta manera, las formas no hay que perderlas y tampoco se puede caer en el insulto fácil porque deja en muy mala posición a todas aquellas personas que aman a los animales, les respetan y ayudan a reconocer sus derechos.
A mí personalmente los animales me encantan, siempre he tenido mascotas en casa y cuando han fallecido lo he sentido mucho más que con la muerte de mis congéneres. Es una realidad, que se puede entender o no, pero es así. En muchos casos me resulta más valiosa la vida de estos animales que la nuestra, porque nosotros somos el cáncer del planeta y hacemos el mal sólo por diversión y eso no es sano.
No voy a entrar a hacer un juicio de valor, tan sólo quiero recordar a todos aquellos que aún no entienden el estres al que se somete a ese pobre animal antes de salir a la arena, que no se trata de un combate igualitario. Se le tortura, se le maltrata y se le humilla para luego abrirle la compuerta y que salga embravecido dando a entender que va a a embestir contra todo...cuando lo único que busca es una salida a toda costa. Para enfrentarse a un tipo que se planta en medio de la plaza, que se cree más valiente que Atila, con un traje que le llaman el traje de luces... bonita paradoja teniendo en cuenta la escasez de las mismas de quién lo lleva puesto. El cual le espera con semblante serio, portando una capa y una espada, envalentonándose cada vez que incita al animal a acercarse. Y la plaza repleta de seres primitivos que aún no han evolucionado, que no respetan la vida, que disfrutan con el dolor, que se regocijan cada vez que un tipo de estos le corta el rabo o la oreja y lo ofrece al público. En serio, a mí que me lo expliquen porque mi lógica humana no me alcanza, lo único que se, es que da dinero...pero para quién está detrás de todo este tinglado, no para el aprendiz de guerrero que es quién se coloca ese traje de colores y sale a hacer el paseito mientras la masa clama sangre.
Esto no puede ser llamado espectáculo, ni fiesta nacional, es una auténtica salvajada sin sentido alguno. Y encima hemos de ponernos tristes porque un toro ha conseguido llevarse a un desalmado de estos por delante...sabiendo la cantidad de animales que sacrifican en la plaza, y no sólo toros sino también caballos porque aquí hay leña para todos los seres vivos de cuatro patas.
Señores/as, esto no es mirar a la muerte a los ojos...subirse a un andamio a ochocientos metros de altura para limpiar los cristales de una multinacional ya que hay que pagar facturas y levantar una casa con todos sus miembros dentro...eso sí es mirar a la muerte. Y esta es la cruda realidad de muchas personas anónimas que pierden la vida a costa de su trabajo y por las que nadie se manifiesta ni arma tanto escándalo. Personas que no se colocan un traje de mierda, bordadito y de colores...sino un mono de trabajo que les recuerda una y otra vez que son sólo meras piezas dentro de esta sistema corrupto. Y el resto perdiendo el tiempo en vituperar los oídos de los amantes del toreo que jamás comprenderán lo que es el respeto por la vida, porque no respetan ni la suya propia.
Y para colmo hemos de leer que no sólo van a matar al pobre toro que luchó por su vida, porque eso señores/as es luchar por la vida, sino que encima van a matar a toda su familia. Porque es superstición dentro de este mundo dicen...ver para creer. Si el torero mata al toro se le saca en volandas y se le aclama como si acabara de llegar de las cruzadas, pero si un toro mata al torero entonces no merece vivir...y hay que sacrificarlo junto con toda la manada. Una excusa más para acabar con la vida de animales inocentes.
Sólo espero que con el tiempo esto se acabe de una vez y que impere el sentido común, porque de ninguna de las maneras puede esta barbaridad identificar a un país. Dejen de destinar dinero para este fin y preocúpense de convertir mejores personas, no a bárbaros que aún viven en la Edad Media.
Gubi's place.
Hoy sin ir más lejos he leído una noticia en la que se indicaba que una persona anónima que trabajaba en una obra ha perdido el equilibrio y ha caído al vacío perdiendo la vida...bueno pues nadie ha armado tal revuelo, de hecho seguro que muchos de vosotros ni lo sabíais. Porque esto ha pasado muchas veces y al parecer a nadie le importa demasiado. Sin embargo muere un torero, un matador de toros, un asesino, para que nos entendamos todos...y se arma la de Dios. Entonces empieza una batalla campal entre animalistas y defensores del toreo, este arte tan español que al parecer identifica a este país de pacotilla.
No se trata de faltar el respeto, de hecho por insultarle y desearle que se pudra en el mismísimo infierno no hace más animalistas a aquellos que dicen defender con puños y dientes los derechos de los animales. Las cosas no se hacen de esta manera, las formas no hay que perderlas y tampoco se puede caer en el insulto fácil porque deja en muy mala posición a todas aquellas personas que aman a los animales, les respetan y ayudan a reconocer sus derechos.
A mí personalmente los animales me encantan, siempre he tenido mascotas en casa y cuando han fallecido lo he sentido mucho más que con la muerte de mis congéneres. Es una realidad, que se puede entender o no, pero es así. En muchos casos me resulta más valiosa la vida de estos animales que la nuestra, porque nosotros somos el cáncer del planeta y hacemos el mal sólo por diversión y eso no es sano.
No voy a entrar a hacer un juicio de valor, tan sólo quiero recordar a todos aquellos que aún no entienden el estres al que se somete a ese pobre animal antes de salir a la arena, que no se trata de un combate igualitario. Se le tortura, se le maltrata y se le humilla para luego abrirle la compuerta y que salga embravecido dando a entender que va a a embestir contra todo...cuando lo único que busca es una salida a toda costa. Para enfrentarse a un tipo que se planta en medio de la plaza, que se cree más valiente que Atila, con un traje que le llaman el traje de luces... bonita paradoja teniendo en cuenta la escasez de las mismas de quién lo lleva puesto. El cual le espera con semblante serio, portando una capa y una espada, envalentonándose cada vez que incita al animal a acercarse. Y la plaza repleta de seres primitivos que aún no han evolucionado, que no respetan la vida, que disfrutan con el dolor, que se regocijan cada vez que un tipo de estos le corta el rabo o la oreja y lo ofrece al público. En serio, a mí que me lo expliquen porque mi lógica humana no me alcanza, lo único que se, es que da dinero...pero para quién está detrás de todo este tinglado, no para el aprendiz de guerrero que es quién se coloca ese traje de colores y sale a hacer el paseito mientras la masa clama sangre.
Esto no puede ser llamado espectáculo, ni fiesta nacional, es una auténtica salvajada sin sentido alguno. Y encima hemos de ponernos tristes porque un toro ha conseguido llevarse a un desalmado de estos por delante...sabiendo la cantidad de animales que sacrifican en la plaza, y no sólo toros sino también caballos porque aquí hay leña para todos los seres vivos de cuatro patas.
Señores/as, esto no es mirar a la muerte a los ojos...subirse a un andamio a ochocientos metros de altura para limpiar los cristales de una multinacional ya que hay que pagar facturas y levantar una casa con todos sus miembros dentro...eso sí es mirar a la muerte. Y esta es la cruda realidad de muchas personas anónimas que pierden la vida a costa de su trabajo y por las que nadie se manifiesta ni arma tanto escándalo. Personas que no se colocan un traje de mierda, bordadito y de colores...sino un mono de trabajo que les recuerda una y otra vez que son sólo meras piezas dentro de esta sistema corrupto. Y el resto perdiendo el tiempo en vituperar los oídos de los amantes del toreo que jamás comprenderán lo que es el respeto por la vida, porque no respetan ni la suya propia.
Y para colmo hemos de leer que no sólo van a matar al pobre toro que luchó por su vida, porque eso señores/as es luchar por la vida, sino que encima van a matar a toda su familia. Porque es superstición dentro de este mundo dicen...ver para creer. Si el torero mata al toro se le saca en volandas y se le aclama como si acabara de llegar de las cruzadas, pero si un toro mata al torero entonces no merece vivir...y hay que sacrificarlo junto con toda la manada. Una excusa más para acabar con la vida de animales inocentes.
Sólo espero que con el tiempo esto se acabe de una vez y que impere el sentido común, porque de ninguna de las maneras puede esta barbaridad identificar a un país. Dejen de destinar dinero para este fin y preocúpense de convertir mejores personas, no a bárbaros que aún viven en la Edad Media.
Gubi's place.
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