El scape room es un juego de aventura psicológica que consiste en resolver una serie de acertijos para poder salir de la aventura gráfica a tiempo. Para poder iniciar el juego han de haber mínimo dos personas. Este tipo de actividad empezó a coger fuerza en el año 2006 en Estados Unidos, Japón y Taiwan, entre otros y poco a poco se ha ido extendiendo hacía Europa, Australia y Norte América, entre otros.
Cómo ya os he comentado se ha de resolver una serie de misterios en un tiempo limitado que nos permitirán movernos hacia diferentes estancias y de esta forma avanzar en el juego. Actualmente encontramos gran variedad de versiones y aventuras que nos permiten viajar en el tiempo y de golpe y porrazo entrar en una casa de los años veinte dónde se produjo un asesinato, encontrarnos en una mazmorra que guarda tras sus paredes un oscuro secreto o sentir el mayor de los agobios en un sótano oscuro y de dimensiones reducidas.
Mi primera experiencia ha sido buena, no obstante lo único que mejoraría del lugar sería el nivel de la música que en momentos era ensordecedor y no nos permitía comunicarnos con claridad e hizo que nos colapsáramos en varios momentos y la cantidad de polvo y suciedad que había. Estaba muy bien ambientada la aventura en sí, pero por muy antigua que fuera la casa, en este caso de los años veinte, digo yo que esas personas limpiaban un poco ¿no? porque vaya tela marinera, en algunos momentos me daba la sensación de que tocaban las piernas, como si me saltaran insectos y me producía tremenda angustia, además del calorazo que hacía allí. Aunque creo que el calor lo fuimos provocando a medida que nos movíamos por la casa y aumentaba nuestra tensión, nuestros nervios y nuestro miedo, todo se ha de decir. Porque nos dimos buenos sustos creedme y eso que éramos cinco adultos, sin embargo hubo un momento en el que nadie se atrevía a salir a un pasillo.
También me gustó mucho como el chico nos explico la historia, nos puso en antecedentes y nos transportó a aquella época. Para que podáis entender un poco de que iba os comento que es la historia de una mujer llamada Myra Savage una prestigiosa médium, demonóloga y mística nacida en Boston, especialmente conocida por su colaboración en la construcción de la casa Winchister. De padres emigrantes catalán e irlandesa, comienza desde muy joven a interesarse por el espiritismo y todo lo relacionado con lo paranormal.
Tras la muerte de su padre y el consecuente abandono de su madre, Myra empieza a emplear el ocultismo como vía de escape de forma habitual. Durante su adolescencia se gana la vida trabajando en una de las fábricas de armas de la familia Winchister a la vez que comienza a obtener sus primeros beneficios con la lectura de cartas, manos, runas y a realizar sus primeros contactos con los espíritus. Será en esa misma fábrica donde Myra verá aparecer su gran oportunidad.
Llegará entonces a oídos de Sarah Winchister, quién sufre de una larga depresión desde la muerte de su marido en 1881 y de su hija Annie en 1866, ambas ocasionadas por accidentes con los rifles de la empresa familiar, que en una de sus fábricas trabaja una chica que se define a si misma como médium. Sarah, sospechando que la familia Winchister ha sido víctima de una maldición, decide contactar con Myra para que la oriente en la búsqueda de una solución que le impida correr el mismo trágico final que el resto de su familia. Es por ello que Myra le indicará que deberá construir una casa pero no terminarla nunca, porque de esta forma los espíritus jamás podrán encontrar una morada dónde habitar.
¿Qué os parece?, todo esto explicado con un tono de voz penetrante y misterioso, por lo tanto comprenderéis que a partir de ahí yo ya quería irme porque em vaig acollonir una micona, lo reconozco, la valentía en estas cosas no es mi fuerte y eso que soy consciente de que nada va a pasar pero me sugestiona. No quise decir nada porque mi pareja ya lo había reservado y tampoco me apetecía escuchar: -que gallina eres-, pero ostras tú, empezaron a sudarme las manos y al traspasar la primera puerta y acceder a la primera estancia sin poder ver nada y con aquel olor característico y peculiar en el ambiente que me apresaba, estuve varios minutos después deambulando como un autómata sin saber muy bien que debía hacer. Y soy consciente de que el chico que nos observaba a través de las cámaras debía estar partiéndose el pecho porque no era para menos. Ahora lo pienso y me río, pero allí reconozco que me cague un poco.
No obstante, como os he dicho la experiencia ha sido muy positiva y anima a probar otras muchas más.
No haré publicidad de este sitio, porque como ya he comentado varias veces no me gusta hacerlo a no ser que sea algo excepcional, pero teniendo en cuenta que os he explicado la introducción de la historia tal cual se narra en la página Web...será fácil que sepáis dónde está. Yo sólo os animo a que vayáis con amigos a disfrutar de una actividad totalmente diferente porque es sano darle al coco de vez en cuando y dejar el fútbol y otras gilipolleces varias que dan por la caja tonta.
Gubi's place.
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