miércoles, 5 de octubre de 2016

Tener un perrito fomenta la comunicación con nuestros congéneres...




Este es mi perro White, ya he escrito sobre él en otro post y he abierto una página accesible para todo el mundo porque como podéis apreciar en la foto, bien lo merece, ya que es un osito de peluche al que dan ganas de achuchar una y otra vez.
Desde que hemos empezado a pasear con él, han sido muchas las personas que se han acercado para acariciarle y colmarle de atenciones y mimos, ya que esa carita de muñeco y ese cuerpo regordete y blandito cubierto de pelo incitan a ello. 
Yo me siento muy bien cuando paseamos juntos y es el centro de todas las miradas, ya me ocurrió una vez hace tiempo con una perra preciosa que tuve que se parecía a Fujur, el dragón blanco de La historia interminable. 
Tener un perro es genial, es una gran responsabilidad pero te llena de satisfacción llegar a casa y verle correr por el pasillo moviendo la colita porque se pone contento de verte. Esto con las personas no suele pasar, ya que el amor incondicional que nos brindan estos animales no tiene parangón. 
Pero no sólo eso, aunque muchos/as no lo crean, ayudan a fomentar la comunicación entre las personas. A una persona tímida bien podría ayudarle a traspasar esa barrera que impide que se relacione con fluidez con los demás, porque despierta ternura, curiosidad y deseo de aproximarse, promoviendo la comunicación con la gente. 
Personalmente lo estoy experimentando de nuevo, ya que estas dos últimas semanas he hablado con tantas personas que ya he perdido la cuenta. A excepción de alguna que otra mirada de desaprobación, que las hay, en general puedo afirmar que me estoy encontrando con personas muy entrañables y amantes de los animales, con los que me resulta muy sencillo hablar y comentar lo duro, trágico y cruel que debe ser vivir un abandono de esta forma tan cruel como lo ha vivido esta criatura de Dios.
Siento mucha empatía, afecto y amabilidad y realmente me gusta porque me doy cuenta de que somos muchos los que amamos a los animales y defendemos su derechos. 
Y otro dato curioso es que prácticamente el noventa por ciento de las personas con las que me he encontrado también han adoptado o recogido animales abandonados. Lo que me lleva a pensar que se está produciendo un cambio de actitud y se está adquiriendo mayor conciencia de no comprar un animal puramente por capricho o moda, sino darle la oportunidad a otro que ha sido abandonado por el capricho de este primero y ofrecerle una vida digna y respetuosa.
Hace tiempo que perdí mi fe en la humanidad pero cuando siento que no estoy sola luchando por estas causas se atisba en mi un anhelo de confianza.
Así que ya sabéis, si tenéis animales de compañía, queredlos mucho, respetadlos y sobre todo salid a la calle con una sonrisa en los labios cada vez que alguien se acerca y os pregunte si lo puede acariciar. Los animales son una buena terapia y consiguen sacar una sonrisa a aquellos/as que no tienen un buen día o se siente mal. No tengáis miedo de que se acerquen a él, es bueno para el perro aprender a socializar con las personas y viceversa.
Para concluir voy a comentar una anécdota muy graciosa que me ocurrió la semana pasada a primera hora de la mañana. Resulta que estaba yo con White en un parque cercano a mi casa y se acercó una mujer con sus dos hijos pequeños preguntándome amablemente si podían acariciarlo. Evidentemente les dije que sí y los niños se pusieron muy contentos preguntándome como se llamaba mientras sus manitas acariciaban tiernamente la cabecita de mi perro. La mamá me lo agradeció y los niños se fueron bien contentos al colegio.
Algo tan simple puede alegrar el día a otra persona y es gratificante poder contribuir en eso.







Gubi's place.

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