jueves, 24 de noviembre de 2016

Hay que ir por la derecha, pero a veces se puede ceder un poco...





Esta claro que hemos de caminar por la derecha para favorecer la circulación del resto de viandantes. Es un hecho que la gran mayoría de nosotros entendemos y aplicamos, al igual que cuando se circula en coche por la carretera, hay que hacerlo por la derecha y los adelantamientos por la izquierda.
¿Pero que ocurre cuando vas con tu perro por la calle y justamente, el pobre animalito se para para oler algo que le ha llamado la atención y sin querer entorpece la circulación de alguien que se acerca a nosotros y que va por su derecha?. Porque esto pasa y a veces no lo puedes controlar porque los perros son así, ahora huelen a la derecha ahora van a la izquierda y a no ser que acortes la correa y les obligues a ir por dónde quieres, su instinto es de oler todo lo que encuentran a su paso, cosa que me parece muy normal y de hecho debemos respetarlo porque es la manera que tienen de conocer el entorno y el resto de animales que han pasado por ahí.
Pues confieso que yo me he visto en esta situación en varias ocasiones y es muy desagradable ver como muchas personas se plantan delante, con cara de mal humor y no se mueven hasta que estiras al pobre perro que no entiende porque ha de dejar de oler algo tan atractivo para que dejes pasar por su DERECHA a la persona tan desagradable que te está asesinando con su mirada.
Cuando yo me he visto en la misma situación que ellos, no he armado tanto mitin, simplemente me he apartado rodeando al dueño y al animal y he proseguido mi camino tal cual. Tampoco creo que sea para tanto, ni tan grave. Si puedes hacerlo no es necesario incomodar al dueño, sobre todo si el animal resulta que está haciendo de vientre y se ha puesto en el lado que corresponde a la derecha de quién viene de frente. Venga va, un poco de por favor, seamos más humanos y entendamos que son perritos, que cuando tienen necesidad lo hacen dónde les han entrado las ganas y hay que respetarlo porque cuando nosotros vamos al baño no nos ponen un collar al cuello ni nos estiran con una correa.
 Al igual que en una ocasión un pobre perro se paró en medio del paso de cebra justo cuando el semáforo cambiaba y el dueño se vio en la obligación de estirarle de la correa porque los conductores ya empezaban su particular concierto de cláxones...lo que provocó que el animal se asustara y no hiciera sus cositas hasta Dios sabe cuando.
Seamos francos, en esta vida de tolerancia sabemos bien poco y eso es algo que nos deberían inculcar en casa cuando somos bien pequeños y después recordarlo en la escuela a diario...pero eso no se hace. Por ello pasan las cosas que pasan, por la falta de respeto y la escasez de transigencia. 
A día de hoy es pedir demasiado, la gran mayoría va a lo suyo y no se preocupan demasiado por lo que le pasa al vecino. El estrés y la tensión se palpan en el ambiente. Una pena de sociedad os lo digo de verdad. 
Creo que vivir en el campo es una de las más saludables decisiones que se pueden tomar y yo no la descarto en mi vida, ya que detesto los coches, el ruido y el nerviosismo de la gran mayoría de las personas que me rodean, esto no puede ser sano de ninguna de las maneras.





Gubi's place.

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