martes, 20 de diciembre de 2016

White...



Como ya dije hace un tiempo, en Septiembre mi pareja y yo decidimos adoptar al precioso perrito que veis en la foto. Mañana se cumplen tres meses desde aquel día en el que lo subimos a nuestro coche y lo llevamos a casa.
Ha sido difícil, no lo voy a negar. Adoptar a un perro adulto que ha sido abandonado después de estar casi toda su vida con la misma familia es un gran reto, ya que el animal ha de adaptarse una vez más a su nueva casa, su nuevo entorno y su nueva familia humana. Imagino que para el peludo esto tampoco debe ser fácil.
Durante estos tres meses ha pasado de todo, anécdotas divertidas, anécdotas escatológicas y algún que otro susto. Sin embargo con paciencia, cariño y comprensión hemos conseguido que el animal vuelva a confiar, quiera jugar otra vez y lo más importante nos empiece a reconocer como los nuevos miembros de su familia...y personalmente os puedo decir que no hay nada más gratificante que esto.
Este animal no tendrá que preocuparse nunca más por encontrar una cama mullida y por defender su comida...aquí tiene todo lo que necesita. Ahora ya sabe que es dormir del tirón y roncar como un pequeño búfalo, de hecho lo tengo aquí al lado, dormido en el sofá y está roncando que da gusto.
De anécdotas os podría explicar varias...hoy sin ir más lejos, me ha llevado hasta la casa de mis padres, ya que curiosamente se sabe al dedillo dónde viven cada uno de los integrantes de mi familia...en ese momento mis padres no estaban pero el perro no entiende y se ha sentado a esperar en la portería porque es bastante cabezón, todo se ha de decir. Pues ha dado la casualidad que cuando he conseguido que se levantara han llegado mis padres en el coche y al abrir la puerta mi madre, saludarle y salir, el tío se ha colado dentro para saludar a mi padre. Lo mejor ha sido cuando no quería salir del coche y de un brinco se ha sentado en el asiento posterior pisando la chaqueta de mi padre y sentándose encima. Tiene cosas de persona, a veces creo que hay alguien metido en su cuerpo, da miedo.
Los cambios físicos y psíquicos han sido considerables y sólo en tres meses...cuesta creerlo en serio. 
La verdad es que animaría a todo el mundo a que adoptara un animal en vez de comprarlo porque a nivel personal es altamente gratificante.
Muchas personas son reacias a adoptar animales de cierta edad, es un riesgo sí, pero todos se merecen una oportunidad de vivir y envejecer en una casa calentita rodeados de una familia que les cuide y que les quiera. Me parte el alma ver como algunos de ellos acaban muriendo en un refugio...aunque si he de ser sincera, es mejor que acaben allí dónde les van a cuidar, al menos en el sitio dónde estuvo el nuestro, que acaben en una casa dónde no se preocupen por ellos y les traten mal.
Para eso mejor que se compren un peluche que da menos trabajo y se le puede colocar en cualquier sitio.
Para acabar diré que ha sido un gran reto, de hecho está siendo un gran reto puesto que aún quedan muchas cosas por hacer, pero piedra a piedra vamos construyendo una nueva vida y perspectiva para este perrito.




Gubi's place.


No hay comentarios:

Publicar un comentario