miércoles, 26 de abril de 2017

A ciertas personas les cuesta alegrarse del triunfo de los demás...



Hace tiempo que me dí cuenta de que a muchas personas les cuesta alegrarse del triunfo de los demás, digamos que por envidias o por falta de seguridad en si mismos. Pero el hecho es que les cuesta reconocer que alguien ha tenido éxito y no entiendo muy bien el por qué. A medida que me hago mayor me doy más cuenta de ello y es realmente triste, yo no envidio a las personas que tienen más que yo o aquellas otras a las que se les ha dado un premio o un reconocimiento...¿por qué deberían caerme mal si les van bien las cosas?, lo único que puedo hacer es alegrarme por ellas y rogar para que las cosas a mí también me puedan ir bien.
La falsedad, la hipocresía y la envidia son tres palabras que no me gustan nada y sin embargo están muy presentes en nuestra sociedad. Yo apostaría por el uso de otro tipo de palabras como reconocimiento, comprensión y veracidad. Hoy sin ir más lejos lo comentaba con mi pareja, la cantidad de personas que hay en este mundo cuya infeliz vida provoca que su pasatiempo sea única y exclusivamente criticar y reírse de los defectos de los demás, lamentable y triste a partes iguales. Conozco a varias personas así y francamente me apetece decirles que antes de hablar deberían contemplar su desgraciada vida y mantener la boca cerrada, porque calladitas están mucho mejor. Lo más probable es que acabaran ofendiéndose por no entender el motivo de la respuesta y creyeran que aún soy yo la persona mal educada que intenta ofenderlas y dejarlas en ridículo. Así somos los seres humanos, hablamos de los demás, criticamos, ofendemos y ridiculizamos creyendo que es divertido y que la persona ofendida lo entenderá porque es una broma sin mala intención...vamos hombre un poco de dignidad y respeto. Sino quieres que después te suelten una fresca, quizá deberías ir con cuidado a la hora de decir ciertas cosas.

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