Vivo en un piso antiguo con las paredes de hojas de fumar y eso implica oír todo tipo de sonidos, agradables y desagradables, de los que gustan y de los que no se aguantan...pero no queda otra porque vivimos en colmenas y mientras no haya otra has de aguantarte si oyes como el vecino del primero orina, si el del entresuelo ronca como un búfalo o si los del segundo se pelean o gritan. Es lo que hay tú, la verdad es que cuando no hay suficiente guita uno ha de conformarse con lo que tiene, ya vendrán tiempos mejores...que nuestro pisito es muy cuco y aquí estamos la mar de tranquilos. Sería genial no tener vecinos, pero a día de hoy es un handicap, pero el futuro ya se verá.
Personalmente creo que las casas deberían hacerse con paredes más gruesas que permitieran cierta insonoridad y evitar así el escuchar ciertos ruiditos de nuestros queridos vecinos. La noche pasada sin ir más lejos, algún miembro de la familia de nuestros queridos vecinos del piso superior roncaba, otra veces les he oído cuando he salido al patio interior y lo hacen como bestias enfurecidas, yo no sé si es que andan súper cansados o duermen boca arriba pero el tema es que le entran ganas a una de tirarles una zapatilla en la boca. Pues lo que os decía, nosotros lo oíamos pero poco, de hecho yo estaba a punto ya de dormirme, con tapones en los oídos, eso sí, que en este edificio sin tapones es bastante complicado pegar ojo. Y de repente mi pareja me suelta que algún vecino está aporreando la pared porque le molestan los ronquidos...yo ni me había enterado, ando tan cansada últimamente que caigo plana en breve...pero al parecer algún vecino esa noche estaba hasta el moño así que su manera de demostrarlo fue dando puñetazos en la pared. Esfuerzo en vano porque cuando se coge el sueño y encima se ronca es difícil que dando un golpe en la pared cesen los ronquidos.
Esto es solo una pequeña anécdota, otra veces ponen el volumen del televisor tan alto que seguro lo deben oír hasta los del cuarto piso...pero ya se sabe, paredes finas, sonidos al máximo. Estoy segura de que hacemos un agujero en la pared y acabamos en el piso de al lado.
Lo que más me sorprende es que a pesar de todo los pisos llevan en pie más de cuarenta años...increíble, a pesar de tener paredes finas e irregulares porque parecen autopistas de lo torcidas que están, el edificio aguanta como un jabato y eso es de admirar, porque las construcciones de hace cuarenta años no tienen nada que ver con las que se edifican ahora, en calidad y en tipología de material y sin embargo cae una bomba y este edificio no se va abajo.
Gubi's place.
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