He aquí una nueva anécdota, esta vez de mi infancia, la cual me ha venido hoy a la cabeza y me ha hecho reír a gusto. Hace ya muchos años estuve pasando unos días con mi familia en Castellar de Nuch, municipio muy bonito donde se encuentra el nacimiento del río Llobregat.
En aquella época, tanto mis hermanas como yo éramos muy pequeñas...tanto que me atrevería a decir que mi hermana menor iba al parvulario, imaginaos si ha llovido que a día de hoy ya se aproxima a los cuarenta a una velocidad de vértigo. Ojalá pudiera volver a aquella época en la que, compartí los mejores momentos de mi infancia. Si me dieran la opción, sin lugar a dudas lo haría y los repetiría una y otra vez. Me acabo de emocionar y se me llenan los ojos de lágrimas porque me he dado cuenta de que lo mejor y también lo peor de mi vida, lo he pasado junto a mi familia .
Odio crecer y hacerme mayor, se que forma parte del proceso de nuestra existencia, pero me cuesta aceptarlo y a medida que pasan los años, lo tengo más presente. Se que no somos eternos y que por lo pronto todo apunta a creer que vida solo hay una y debemos vivirla de la mejor manera posible...pero yo quiero seguir creyendo que hay algo más, pero hasta que no me llegue el día del juicio final no podré saberlo.
Así que aprovechad todos los buenos momentos con vuestros padres, madres, hermanos/as, tíos/as, sobrinos/as... y mantened una buena relación con ellos porque al final, lo que prevalece es el núcleo de nuestra familia.
Dicho esto y habiéndome enjuagado los ojos, prosigo con mi relato que me enrollo como una persiana y de un tema paso a otro con una facilidad tremenda.
Pues cómo os decía estaba pensando en anécdotas pasadas y he recordado esta en particular porque aún tengo la estampa en mi memoria y al imaginarla de nuevo me río, no lo puedo evitar.
Aquel día estaba con la familia cerca de las Fuentes del Llobregat y nos sentamos a descansar mientras pusimos los pies en el agua. Mi padre se adentró en el río con mi hermana pequeña y caminaban tranquilamente mientras observaban pequeños peces y la tipología de vegetación que allí había. Todo parecía normal, un fin de semana tranquilo y relajado, en familia.
Pero, de repente una pequeña culebra pasó por el medio de las piernas de mi padre, este dio un respingo, agarró a mi hermana de la mano y piernas para que os quiero empezó a correr hacía la orilla. Aquel día mi padre aprendió a caminar por encima del agua, imagen que puede resultar increíble de creer pero es cierta, vamos que ni Carl Lewis en los 100 metros corrió como lo hizo mi padre ese día, literalmente volaba y mi pobre hermana que no entendió nada de lo que ocurría al ver a su padre correr, hizo exactamente igual, correr como una loca, muy asustada porque creyó que algo malo ocurría.
Yo saqué los pies del agua y me quedé en shock varios minutos contemplando aquella escena. Tras el susto inicial, mi padre explicó porque había salido de esa forma del agua y todos nos reímos, menos mi hermana pequeña que se había asustado de verdad y tardó un rato en recuperarse.
Cuando somos pequeños creemos que nuestros padres son súper héroes que pueden con todo...después ves a un hombre de más de metro ochenta correr por encima de las aguas arrastrando a su hija pequeña con la cara desencaja por el susto y se le cae a una el mito al suelo...conclusión, los padres también tienen miedo a los insectos y reptiles, es decir que son humanos, no súper héroes.
Gubi's place.
Pues cómo os decía estaba pensando en anécdotas pasadas y he recordado esta en particular porque aún tengo la estampa en mi memoria y al imaginarla de nuevo me río, no lo puedo evitar.
Aquel día estaba con la familia cerca de las Fuentes del Llobregat y nos sentamos a descansar mientras pusimos los pies en el agua. Mi padre se adentró en el río con mi hermana pequeña y caminaban tranquilamente mientras observaban pequeños peces y la tipología de vegetación que allí había. Todo parecía normal, un fin de semana tranquilo y relajado, en familia.
Pero, de repente una pequeña culebra pasó por el medio de las piernas de mi padre, este dio un respingo, agarró a mi hermana de la mano y piernas para que os quiero empezó a correr hacía la orilla. Aquel día mi padre aprendió a caminar por encima del agua, imagen que puede resultar increíble de creer pero es cierta, vamos que ni Carl Lewis en los 100 metros corrió como lo hizo mi padre ese día, literalmente volaba y mi pobre hermana que no entendió nada de lo que ocurría al ver a su padre correr, hizo exactamente igual, correr como una loca, muy asustada porque creyó que algo malo ocurría.
Yo saqué los pies del agua y me quedé en shock varios minutos contemplando aquella escena. Tras el susto inicial, mi padre explicó porque había salido de esa forma del agua y todos nos reímos, menos mi hermana pequeña que se había asustado de verdad y tardó un rato en recuperarse.
Cuando somos pequeños creemos que nuestros padres son súper héroes que pueden con todo...después ves a un hombre de más de metro ochenta correr por encima de las aguas arrastrando a su hija pequeña con la cara desencaja por el susto y se le cae a una el mito al suelo...conclusión, los padres también tienen miedo a los insectos y reptiles, es decir que son humanos, no súper héroes.
Gubi's place.
No hay comentarios:
Publicar un comentario